domingo, 29 de noviembre de 2009

POR UNA EDUCACIÓN JUSTA Y CUERDA EN ESPAÑA














Hoy más que nunca, las recientes medidas y leyes instauradas por el Ministerio de Educación del actual Gobierno de España afectan a la gran mayoría de los estudiantes de España, futuro del país. Algunas, de hecho, rayan el "pitorreo" e incluso la ofensa hacia los jóvenes que día a día se entregan con gran esfuerzo y tesón al aprendizaje de su oficio del mañana.

Una de estas decisiones del gobierno, casi vejatorias, carentes de absoluta empatía, atentan directamente contra los Estudiantes de Medicina de las Universidades españolas. De sobra es conocido por todos la dureza y el largo trabajo que supone aprobar (por no hablar de conseguir buenas notas) para las personas que dedican SU JUVENTUD a prepararse como médicos. Horas y horas de estudio y largas prácticas en que el único apoyo incondicional es la constancia y el único seguro, la voluntad férrea. Bien, pues parece ser que los "máximos responsables de España" todavía no saben en qué consiste el camino de las personas que el día de mañana cuidarán de su salud y su bienestar.

Para ponernos en situación, hagamos un pequeño apéndice en el que aclaremos el sistema universitario de puntuación, al menos en la Licenciatura de Medicina. El expediente final de un estudiante de Medicina al final de la carrera se valora como la media ponderada (en función de los créditos de cada asignatura) de las calificaciones obtenidas, con una puntuación que va de 1 a 4. Así, el aprobado supone un 1 en el expediente, el notable un 2, sobresaliente un 3 y la matrícula de honor un 4. El expediente académico supone un 25 % de la nota final que un estudiante de Medicina obtiene tras hacer el examen MIR al término de los 6 años de carrera, constituyendo este último el 75 % restante de la nota. Como todos saben, tras este examen final, que engloba básicamente todos los conocimientos de la carrera, y tras la obtención de la nota final, tiene lugar la elección de plaza para la Residencia (especialidad) de los recién licenciados, con prioridad de elección en función de las notas(de la más alta a la más baja).

Huelga decir lo extremadamente difícil que es conseguir al final de la carrera una media de 3 (SB), ya que en ello intervienen numerosos factores como una inmensa capacidad de trabajo, una innegable capacidad y algo de suerte. De hecho, acabar con un 3 es algo que está al alcance de un muy pequeño número de estudiantes. Incluso en muchas facultades de España, como es el caso de Valladolid, acabar la carrera con una media de notable (2; 2 y pico) supone, como es conocido por los que están metidos en esto, un excelente expediente.

Sin embargo, el actual Gobierno de España ha decidido acabar de un plumazo con este crisol de factores y méritos y, más ancho que largo, ha optado por OTORGAR POR DEFECTO UN 3 A TODOS Y CADA UNO DE LOS MÉDICOS LICENCIADOS FUERA DE ESPAÑA QUE PRETENDEN REALIZAR AQUÍ EL EXAMEN MIR Y LA OBTENCIÓN DE UNA PLAZA DE ESPECIALISTA. SEA CUAL SEA SU EXPEDIENTE EN EL LUGAR DONDE CURSARON SUS ESTUDIOS. Es simplemente una decisión jocosa y altamente perniciosa para todos los médicos que han estudiado aquí en España, más aún teniendo en cuenta lo trascendental de tener un buen expediente académico para conseguir la plaza deseada tras el MIR. Supone claramente un agravio comparativo muy severo para un sector altamente sacrificado y luchador, que es el de los estudiantes de medicina.

Esta diferencia negativa de nota de expediente respecto a los “recién llegados”, surgida por arte de magia, de la nada, puede conllevar grandes frustraciones en nuestros estudiantes al no conseguir el puesto de residente en el lugar y especialidad deseados: a pesar de suponer el 25 % de la nota final, la media conseguida a lo largo de la carrera adquiere gran importancia habida cuenta de que al examen MIR todos los estudiantes llegan muy parejos en preparación tras largos meses de estudio, y las diferencias en esta prueba suelen ser mínimas. Es entonces donde adquiere un gran poder discriminativo y selectivo la puntuación del expediente académico.

Por todo ello, en SIU abogamos por LA justicia, la empatía y la cordura para con los estudiantes de las Universidades Españolas y exigimos la derogación de esta y otras leyes que dificultan el desarrollo de nuestros jóvenes y desmerecen sus méritos, además de suponer una gran traba y daño moral durante su aprendizaje. Porque merecemos que nos escuchen, porque tenemos el DERECHO Y EL DEBER DE SER ESCUCHADOS.

No mires hacia otro lado, no se trata sólo del futuro de estos jóvenes, se trata del futuro de España, del futuro de todos nosotros, de TU FUTURO.


El primer paso lo he dado yo, ¿darás tú el segundo conmigo?

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